Hace 218 años, nacía en Buenos Aires (en un solar sobre la actual calle Sarmiento) Juan Manuel de Rosas, bautizado como Juan Manuel José Domingo Ortiz de Rozas y López Osornio.
Sin él no existiría la Argentina , ni la liberal ni la otra. La Argentina.
Tal vez el mejor resumen de su compleja gestión histórica sea debido –como suele suceder– a un poeta (Horacio Oyhanarte).
Dejémosle pues a él la palabra como mejor homenaje:
Bronces Futuros
La llanura engendró en sus soledades
el alma de este hijo del desierto
enigmático y grande. Las edades
dirán si ha muerto bien en donde ha muerto.
Hermosamente trágico: un centauro
galopando en un campo de amapolas;
su casco huella el extranjero lauro
mientras retumba por las pampas solas.
¡Enigmático y grande!: su figura
se erguirá en la granítica futura,
grande apoteosis que en los tiempos flota
Cuando el rebato de los odios viejos
toque a silencio y se destaque, lejos,
su apostura de gaucho y de patriota.
Justamente el pasado sábado visitamos su tumba. No aquélla en donde murió, bien o mal. Sino aquélla donde ahora descansan (bien o mal) sus restos.
ResponderEliminarUn cordial saludo.
Occam: Descansan bien. En una "tumba sencilla y segura", como él deseó; aunque tal vez no mejor que bajo la "leve tierra de la libertad" de donde regresó en 1989. Yo estoy muy lejos de su tierra natal pero, cuando por allí viajo a ella, indefectiblemente voy a honrarlo en la Recoleta.
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